Operational Guidelines for the Implementation of the World Heritage Convention

Introducción traducida automáticamente al español:

Las Directrices Operativas

1. Las Directrices Operativas para la Aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial (en lo sucesivo denominadas “Directrices Operativas”) tienen como objetivo facilitar la implementación de la Convención para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad (en lo sucesivo denominada “la Convención del Patrimonio Mundial” o “la Convención”), estableciendo el procedimiento para:
   a) la inscripción de bienes en la Lista del Patrimonio Mundial y en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro;
   b) la protección y conservación de los bienes del Patrimonio Mundial;
   c) la concesión de Asistencia Internacional mediante el Fondo del Patrimonio Mundial; y
   d) la movilización de apoyo nacional e internacional en favor de la Convención.
2. Las Directrices Operativas se revisan periódicamente para reflejar las decisiones del Comité del Patrimonio Mundial.
3. Los principales usuarios de las Directrices Operativas son:
   a) los Estados Partes en la Convención del Patrimonio Mundial;
   b) el Comité Intergubernamental para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural de Valor Universal Excepcional, en lo sucesivo denominado “el Comité del Patrimonio Mundial” o “el Comité”;
   c) el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO como Secretaría del Comité del Patrimonio Mundial, en lo sucesivo denominado “la Secretaría”;
   d) los Órganos Asesores del Comité del Patrimonio Mundial;
   e) los gestores de sitios, partes interesadas y socios en la protección de los bienes del Patrimonio Mundial.

I.B La Convención del Patrimonio Mundial

4. El patrimonio cultural y natural se encuentra entre los bienes más valiosos e irremplazables, no solo de cada nación, sino de la humanidad en su conjunto. La pérdida, ya sea por deterioro o desaparición, de cualquiera de estos bienes más preciados constituye un empobrecimiento del patrimonio de todos los pueblos del mundo. Partes de ese patrimonio, debido a sus cualidades excepcionales, pueden considerarse de “Valor Universal Excepcional” y, como tales, merecen una protección especial frente a los peligros que cada vez más los amenazan.