Estudio de Impacto Patrimonial, Informe Isaza
El Área Histórica de Valparaíso, inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial en 2003 por su destacado testimonio de la temprana globalización, enfrenta actualmente dos proyectos de gran escala: la ampliación del Terminal 2 del puerto y el desarrollo inmobiliario Puerto Barón. Ambos forman parte del Plan Maestro de Puerto Valparaíso y han suscitado controversia por su posible impacto en el Valor Universal Excepcional (VUE) del Sitio. A raíz de denuncias ciudadanas, el Comité de Patrimonio Mundial solicitó la elaboración de un Estudio de Impacto Patrimonial (EIP).
El EIP concluye que el Terminal 2 generará un impacto alto, permanente e irreversible sobre la Zona de Amortiguamiento del Sitio, para el cual no existen medidas de mitigación viables, requiriendo compensaciones proporcionales a su magnitud. En contraste, el proyecto Puerto Barón produciría un efecto leve o neutro sobre el VUE. El análisis revela además que el Sitio presenta condiciones críticas de conservación y gestión —incluido su avanzado deterioro y la ausencia de un Plan de Gestión— que agravan los efectos de las intervenciones proyectadas. Estas condiciones no son atribuibles a la Empresa Portuaria Valparaíso ni a sus concesionarios, pero inciden significativamente en la evaluación de impactos. El estudio adopta un enfoque holístico que incorpora variables adicionales que afectan la integridad del Sitio.
RESUMEN EJECUTIVO DEL INFORME
El Área histórica de la ciudad Puerto de Valparaíso (Chile) fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial en 2003 (27COM 8C.41) bajo el criterio (iii): “Valparaíso es un testimonio excepcional de la fase temprana de globalización, a fines del siglo XIX, cuando se convirtió en el puerto líder de las rutas marítimas de la costa de Pacífico de Sudamérica.”
Hoy la ciudad se enfrenta a la construcción de dos importantes proyectos inmuebles, de naturaleza y condición diferente. En primer lugar, la ampliación de su puerto, para mantener la competitividad en contextos nacional, regional y mundial, que le permita estar acondicionado y adecuado a los retos y determinantes que implican la ampliación del Canal de Panamá y la entrada en circulación de los barcos denominados Post–Panamax. En segundo lugar, la ejecución de un proyecto denominado Puerto Barón, que incluye el reciclaje arquitectónico de la Bodega Simón Bolívar, la construcción de un centro comercial (Mall) —que incorpora dicha bodega— así como la urbanización y adecuación de un amplio espacio urbano hoy subutilizado y de acceso restringido.
Dichos proyectos, incluidos a nivel de usos y zonificación dentro del Plan Maestro de Puerto Valparaíso —documento que en su momento hizo parte del expediente de nominación del Sitio de Patrimonio Mundial y que, por lo tanto, fue de conocimiento del Centro de Patrimonio Mundial, del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y del Comité de Patrimonio Mundial— han generado una amplia discusión y controversia debido a su posible afectación del Valor Universal Excepcional del Sitio, entre otros aspectos. Ambos proyectos han sido adjudicados, mediante licitaciones públicas, a empresas privadas que los construirán, gestionarán y explotarán económicamente hasta el año 2045. Sin lugar a dudas, se trata de las más altas inversiones económicas realizadas en Valparaíso en los últimos años, ciudad que atraviesa por un evidente proceso de depresión económica, social y patrimonial.
Según la legislación chilena vigente, Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL) debe elaborar un Estudio de Impacto Ambiental que, entre otras cosas, debe plantear medidas de mitigación y/o compensación de las obras, mientras que Puerto Barón no requiere dicho trámite. TCVAL ha propuesto medidas de mitigación y/o compensación que, en concepto del presente estudio, no están aún lo suficientemente articuladas y estructuradas, razón por la cual deben ser mejoradas. Hasta el momento existen siete iniciativas que se encuentran a nivel de anteproyectos, con sus respectivos montos, responsables de inversión y plazos de implementación; adicionalmente, existen otras tres iniciativas que aún no cuentan con dichos niveles de definición.
Complementario a estas medidas propias del concesionario, la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV) plantea varias iniciativas compensatorias a desarrollar por ella misma en el borde costero, que disponen de financiación y plazos de ejecución definidos. A raíz de las denuncias ciudadanas elevadas al Centro de Patrimonio Mundial, el Comité de Patrimonio Mundial ha analizado el Área histórica de la ciudad puerto de Valparaíso, y estos dos proyectos en particular, durante sus últimas sesiones ordinarias (37–39COM), y ha recomendado que se realice un Estudio de Impacto Patrimonial (EIP).
El presente EIP, después de hacer un minucioso análisis de la documentación y circunstancias, así como de múltiples reuniones y entrevistas llevadas a cabo con el mayor y más diverso número de actores, concluye que el proyecto Terminal 2, cuyo concesionario es Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL), colindante con la Zona de Amortiguamiento del Sitio de Patrimonio Mundial, generará un impacto alto, permanente e irreversible que, en concepto del presente estudio, no es posible mitigar. Hoy se discuten y negocian medidas de compensación entre las partes, que deben estar a la altura de los impactos que se generarán. Por su parte, el proyecto Puerto Barón generará un impacto leve, cuando no neutro, sobre el Sitio de Patrimonio Mundial.
Estos dos proyectos se suman a las condiciones de un Sitio de Patrimonio Mundial que actualmente presenta muy desfavorables condiciones de conservación y gestión, con evidencias de abandono y un avanzado y continuo deterioro, sin contar con un Plan de Gestión, lo cual va en desmedro de su Valor Universal Excepcional. Resulta fundamental señalar que las condiciones actuales del Sitio —que no son imputables a la Empresa Portuaria Valparaíso ni a sus concesionarios— hacen más drásticos los impactos de las obras planteadas, requeridas para su competitividad, crecimiento y desarrollo.
Como fue expresamente solicitado por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile, este estudio no se restringe a evaluar los dos proyectos en cuestión, sino que realiza un análisis más holístico y tiene en cuenta otras variables que afectan el Sitio.
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